Mientras los adultos discuten reformas, presupuestos y burocracias, una generación de jóvenes está reprogramando la realidad con código, creatividad y cero permisos. No esperan convocatorias ni validación institucional: detectan un problema, abren su laptop… y lo resuelven.
El caso de los sensores contra inundaciones
En Veracruz, un grupo de estudiantes de secundaria creó un sistema de alerta temprana con sensores de bajo costo y conexión vía LoRa para comunidades vulnerables. Lo presentaron en una feria local, pero su verdadero impacto fue cuando evitó una evacuación tardía en una zona rural. Ningún adulto lo había previsto. Ellos sí.
Apps para sobrevivir a la ciudad
En CDMX, una joven de 17 años desarrolló una app que mapea en tiempo real zonas con mayor riesgo de acoso callejero, usando reportes anónimos y datos abiertos. La app fue ignorada por autoridades, pero viralizada en TikTok por otras adolescentes. Hoy tiene más de 50 mil descargas.
Hackear la educación… desde adentro
En Guadalajara, un grupo de preparatorianos creó un bot que automatiza tareas repetitivas para maestros, como calificar quizzes o generar rúbricas. Lo ofrecieron gratis a sus docentes, quienes primero lo rechazaron… hasta que vieron que les ahorraba horas de trabajo. Ahora lo usan en 12 escuelas.
¿Qué tienen en común?
- No pidieron permiso.
- No esperaron a que “alguien más lo hiciera”.
- No se limitaron a lo que el sistema les ofrecía.
Hackear el sistema no es romperlo: es entenderlo tan bien que puedes rediseñarlo desde adentro.